El Maestro nos enseñó que Su Instrucción (Torah) vive en el espíritu (ruacj) humano como el néctar que nutre a las flores. Es ese espíritu que habita en cada uno de nosotros Su único y verdadero Templo.
Y a nosotros, individualmente, nos corresponde despertar y hacer despertar a otros y a otras hacia esa dirección. Su Enseñanza no precisa de techos, doctrinas, cánones, dogmas, jerarquías o religiones.
Su Enseñanza genuina y original nos invita a hallar la Restauración del Ser por medio del poder sanador de Su Verbo escrito y hablado, el poder sanador de la Escritura y la voz de Ella.
En Su Mensaje está el poder transformador del Interior Humano.
Su Enseñanza constituye un autentico mapa que formula la vía de la verdadera Salvación del Hombre. Su Instrucción propone un cambio total en nuestro ser y en nuestra manera de funcionar; y su naturaleza conduce al amor, a la contemplación, a la comprensión real de todo lo que nos rodea, a la liberación y a la compasión verdaderas.
Para la verdad sólo hay una explicación, la realidad misma; pues si la verdad es una, lo es porque la realidad es una también….
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